Martes, 26 de Julio de 2005 - Crítica de Buenos Aires Vice Versa.
uenos Aires Viceversa" ("Buenos Aires Vice Versa"), película dirigida y guionizada en 1996 por Alejandro Agresti ("Una noche con Sabrina Love", "El viento se llevó lo que"), pretende ser un retrato poliédrico y vivo de la capital de Argentina, y también una obra coral compuesta por una serie de historias entrecruzadas sobre sus anónimos habitantes. La película pivota sobre el personaje de Daniela (Vera Fogwill), una inquieta joven, traumatizada en temprana edad por la muerte de sus padres, a la que se le encarga, por extraños motivos, la grabación de imágenes sobre la ciudad. Los resultados de esta filmación acompañan y se confunden, en parte, con las de la propia película, en un curioso juego que quizá logra encubrir el uso desmañado de la steadycam, que es general en el film. El retrato de una serie de personajes, a cada cual más neurótico y pintoresco, descritos con brocha gorda a través de sus acciones y conversaciones, nos habla de la soledad y la fugacidad de las relaciones. En una ciudad superpoblada, además, las posibilidades son infinitas, sobre todo para los que guardan perversas intenciones, como se nos advierte en una de las mejores historias del film. En otro orden de cosas, una película que como esta, contenga una diversidad de relatos, exige que nos concentremos en ciertas consideraciones especiales acerca de la estructura del film. Por ejemplo, estaríamos de acuerdo en exigir cierta coherencia temática (como en "Traffic", si no la continuidad narrativa entre historias, como en "Pulp Fiction"), una cuestión que implique a todo lo narrado. En este film, nisiquiera la ciudad de Buenos Aires es el elemento unificador: la preocupación por las situaciones cómicas, normalmente visuales, muchas veces fáciles y hasta de mal gusto, y la preocupación también por una burda comprensión psicoanalítica de sus personajes es tal, que estos y aquellas podrían darse en cualquier ciudad del mundo, salvo, tal vez, por la idiosincrasia de sus gentes y su peculiar lenguaje. A falta de una línea temática que recorra la película, se podría exigir que las historias confluyesen de algún modo, adquiriendo el todo un nuevo sentido (por ejemplo "21 gramos", entre muchas), lo que no parece importar aquí, ya que los personajes coinciden sin mayores consecuencias. Una última posibilidad exige al menos una buena planificación del rodaje y el montaje, para construir una película sobre un hilo dramático de creciente intensidad: en Buenos Aires Viceversa las secuencias de las historias se solapan, las mismas historias son asimétricas en cuanto a tiempos, no están construidas consistentemente, tampoco están aisladas de las demás de algún modo. Por todo ello, se acaba formando un revoltijo que hubiera sido fácilmente evitable. Además todas ellas están expuestas en un tono de tal banalidad y la sustancia cómica domina de tal modo el film, que nada de lo que ocurre parece importar especialmente y el golpe dramático final resulta estar fuera de todo lugar. Volviendo al análisis general del film, hay que destacar como una de sus virtudes las vívidas localizaciones interiores y exteriores, lugares donde se siente la presencia del hombre, y, especialmente, las suburbiales. La colocación de la cámara nos ofrece algunos aciertos: como en las escenas en que se nos desplaza a la calle para asistir como invitados o fisgones a los acontecimientos. Finalmente, las deficiencias del sonido y la peculiaridad de la variedad argentina del español, para aquellos que no la dominen, dificultan muy seriamente la inteligibilidad de los diálogos, haciendo recomendable su subtitulado. (Por: Hamm)
![]() ![]() ![]() | |
| |
![]() |