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Jueves, 22 de septiembre del 2005 - Crítica de Elephant.

Cine DVD films película Crítica de Elephant de Gus Van Sant con El indomable Will Hunting Todo por un sueño Nicole Kidman John Robinson Alex Frost

ún me estoy preguntando que es lo que pudo ver el Cannes de 2003 en la supuesta obra maestra de Gus Van Sant, "Elephant". En realidad no debería sorprenderme, teniendo en cuenta algunas de sus otras polémicas elecciones, por ejemplo el premiar doblemente y casi consecutivamente el trabajo de los hermanos Dardenne, es decir, un concepción del cine tan extraordinaria como cerrada, o galardonar obras teniendo en cuenta exclusivamente las circunstancias políticas (como si su voz fuera imprescindible), como ocurrió con el muy irregular documental "Fahrenheit 9/11" (sobre todo con respecto a la obra anterior de Moore, muy superior en todos los sentidos). Yendo al grano: exceptuando algunos detalles que después destacaré, no acabo de encontrarle la maestría, y mucho menos la gracia, a esta película que retrata los desgraciados y siniestros sucesos de la escuela de Columbine, supongo que por todos conocidos. Para decirlo llanamente: esta película me ha dejado frío. O eso, o no he sabido entenderla. No comprendo por qué Van Sant nos interesa en unos personajes que no introducen ningún contraste con respecto a los demás, a los que describe huyendo de los tópicos, pero sin una gota de intención y sí, quizá, con bastante superficialidad. O no he captado nada de lo que las imágenes pretendían transmitir, o esas imágenes no significaban nada. La apuesta por narrar la historia a través de un retrato coral de la juventud estadounidense es un ejercicio de corrección, de ponderada moderación, de frialdad narrativa. Un ejercicio pleno de una crítica social timorata. Quizá pretendiera ser realista, pero entonces se trata de un realismo mal entendido. Un realismo sin emoción no es tal. Un realismo que nos convenza de los personajes, que no se sienta obligado a abarcarlo todo, que seleccione y excluya, sí lo es. Un realismo que tome partido, que no pestañee al decir las cosas con claridad, también... Con la elaborada faceta formal de la obra, incluyendo la colorista fotografía, gana la escena, pero no el film. La expresiva iluminación, la inteligente utilización de la cámara subjetiva (sobre todo en los momentos cumbres, en los primeros planos del estudiante-pistolero dominando el improvisado campo de tiro, en un segundo plano, desenfocado), la afinada manipulación del tiempo y el espacio, con cámaras lentas, transiciones entre lugares y personajes, todo en medida sincronía con el tempo del film y en perfecta combinación con el sonido, son entre otros, recursos que dan fe del talento del realizador, y que al tiempo le podrían servir para cualquier película (y a cualquier director a quien no le preocupe dar al fondo de su obra la forma que le sigue lógicamente, o sea, a casi todos). No quisiera convertir "Elephant" en un descalabro, porque no lo es, lo impide el comedimiento del realizador, pero sí quiero señalar algunas obviedades que sí merecerían galardón, como las precisiones que hace en relación de los jóvenes asesinos, que disfrutan con videojuegos violentos, navegan por sitios web relacionados con las armas, e incluso se atreven a ver un sospechoso documental sobre el nazismo, aunque son capaces a la vez de interpretar al piano las más elevadas sinfonías. Sin duda, en este punto Van Sant ya ha llegado a la médula del problema, y el espectador ha sido preparado para comprender las oscuras motivaciones de los criminales... En el lado opuesto a estos últimos nos encontramos con unas víctimas sin tacha, jóvenes normales con sus pequeños defectos y fragilidades, la mayoría incluso muy creativos. Sinceramente, "Bowling for Columbine" (con todas sus simplezas) está fechada el año anterior, 2002, y en cualquier caso, por lo visto en el film creo que a Van Sant no se le dan nada mal los silencios... En fin, una película excelente para amantes de un formalismo sin tapujos, un lirismo ambicioso y vacío.

Foro de Elephant




Martes, 20 de septiembre del 2005 - Crítica de Sólo un beso.

Cine DVD films película Crítica de Sólo un beso de Ken Loach con Sweet Sixteen Atta Yaqub Eva Birthistle Shamshad Akhtar

omo muchos, creo que el realismo de un film no se basa necesariamente en la indentificación con los personajes, la credibilidad de la trama o el género en que este se inscriba. Tampoco creo que exiga el menor compromiso social. Del modo más artificioso, siendo grave o llano, se puede transmitir verdad al espectador. "Sólo un beso" ("Ae Fond Kiss...", 2004) es la confirmación de un Ken Loach menos obsesionado con la veracidad de cada situación o personaje, obsesión que le había llevado a excesos en el pasado, aunque obteniendo así mismo, en el plano más experimental, resultados a veces asombrosos. Loach no abandona su preocupación por evidenciar las contradicciones de la sociedad, pero esta vez la subordina al lirismo de la historia de amor imposible que une a dos personajes con una fuerte entidad individual. "Sólo un beso" cuenta la oportunidad de que dos culturas antagónicas, una que enfatiza la libertad personal, la occidental, otra que toma como unidad social a la familia y sigue estrictamente la tradición, la musulmana-paquistaní, enfrentadas por los prejuicios, se reconcilien con el amor de la pareja. En realidad, lo que se nos cuenta, en una referencia de soslayo al choque de civilizaciones, es la necesidad de que el "extranjero" renuncie a sus costumbres para que exista alguna posibilidad de integración, porque Loach nos sitúa inevitablemente a favor de la pareja, y los obstáculos se interponen únicamente de un sólo lado. Para contrastar, recurre a una crítica de la intolerancia de la Iglesia Católica, que se atreve a juzgar la vida privada de los ciudadanos, crítica que no deja de ser una defensa del mismo valor que enarbola la película en su conjunto, y que pertenece a la esfera de lo occidental. Por todo ello, la película prácticamente se convierte en una prueba para el espectador, que tiene que demostrar su capacidad de comprensión hacia la familia del paquistaní, la cual no es comprensiva en absoluto con la pareja. El director, en cambio, sí nos facilita las referencias (especialmente bella la que en boca del protagonista se nos relata sobre la niñez de su padre, que perdió a su hermano gemelo en su obligado exilio a Paquistán desde la India) para entender las razones de su obcecación en el respecto escrupuloso de la tradición. Loach, que como digo no muestra excesivos esfuerzos en mantener tesis relativistas, nos ofrece momentos de verdadero patetismo de los musulmanes en sus constantes intentos de reconducir al hijo pródigo a la recta senda del honor familiar, siendo especialmente acertadas las que con una inútil perversidad protagonizan los exponentes feneminos del clan. Loach, además, se muestra menos político que de costumbre, lo que no evita alguna que otra aclaración o corrección innecesarias que evidencian todavía su orientación al discurso. Loach está siempre mejor cuando nos sorprende, y lo mejor del film se localiza en los encuentros amorosos de la pareja, plenos de erotismo y a la vez con un admirable afán naturalista. El realizador regresa a España para rodar algunas escenas con sabor mediaterráneo, aunque finalmente la presencia de nuestro país, entrevista, sugerida, tiene escasas consecuencias para el film. Por lo demás, este director inglés, nos demuestra nuevamente sus intachables dotes para la narración (si bien siempre sostenida en tramas previsibles y de gran sencillez), dentro de lo que cabe destacar, en este caso, su dominio de la iluminación como medio narrativo. Los actores están excelentes, muy especialmente los femeninos, y encajan bien en una película que nos hace desear más de un Ken Loach que cada vez se expone menos.

Foro de Sólo un beso




Lunes, 19 de septiembre del 2005 - Crítica de ¡Olvidate de mi!.

Cine DVD films película Crítica de ¡Olvidate de mi! de Michel Gondry con Como ser John Malkovich Adaptation Charlie Kaufman Michel Gondry Spike Jonze

nos cuantos apuntes sobre la sensación que me ha producido "¡Olvídate de mi!" ("Eternal Sunshine of the Spotless Mind", 2004), la segunda colaboración entre el inventivo e introspectivo Charlie Kaufman y el director de videoclips Michel Gondry. Globalmente, el trabajo del guionista mantiene una intensa preocupación por explorar los sentimientos e impulsos más profundos del ser humano (sobre todo las cuestiones relativas a la identidad) a través de la fantasía y la interacción con el espectador. Igualmente es cierto que sus imágenes, filtradas siempre a través de la mirada de otro, no tienen la intensidad onírica que pudiera conectar íntimamente (hasta subconscientemente, si se quiere) al espectador con la historia. Un espectador, a su vez, sorprendido y complacido al ver como se abren enigmáticos interrogantes para cerrarse poco después, permitiéndosele la libertad justa para comprender lo que el autor, metafóricamente, quiere narrar. Idealmente, las metáforas se las debería llevar el espectador a la cama, para rumiarlas entre sueños, pero la capacidad de perturbar de ese modo le esta reservada únicamente a realizadores de más talla. Centrándonos en el film, decir que el artificio sobre el que se construye esta vez la historia, es menos ambivalente que en "Como ser John Malkovich", facilitando por lo mismo que los límites del film queden mejor acotados, y se sustenta, solapadamente, en elementos de ciencia ficción, lo que no deja de ser un mal síntoma de la salud creativa del guionista. Además, cae en la trampa más burda que se ofrece a los films que, como este, se sitúan a medio camino entre realidad y ficción: el regodearse en la propia invención, en lo que sólo debe ser el andamiaje sobre el que sostengan la historia, los personajes, los significados. Como consecuencia, y sobre todo en los minutos centrales del film, se nos obliga a asistir a constantes repeticiones y exhibiciones cara a la galería, algunas irritantes (uso de voces que se intercalan, personajes que se desdoblan...), de las que todavía no he podido descubrir el objeto y cuya responsabilidad seguramente sería más justo imputar al director. Este film, probablemente extraordinariamente novedoso para quien no haya conocido otros títulos de Kauffman, también falla con respecto a estos por culpa de unos personajes que resultan, siempre dentro de su excentricidad, más convencionales, y sobre todo menos llanos y realistas, formando un conjunto curioso pero mucho menos creíble que en anteriores citas con el autor, si bien hay que reconocer la calidad de las interpretaciones y tener en cuenta las limitaciones que impone el trabajar con actores tan indentificables como los excelentes Jim Carrey o Kate Winslet. Menos disculpable es la presencia constante durante todo el metraje de unos personajes sin razón aparente que explique su existencia, salvo por la evidente intención de recuperarlos, a través de un giro en la trama, en los momentos finales. Quien lea estas líneas se llevará la impresión de que la película me ha repugnado hasta la náusea. No es el caso, el film tiene momentos excelentes como los que reviven recuerdos de niñez del protagonista, y supone un cambio de registro hacia historias menos ácidas y pesimistas, conservando el espíritu autobiográfico que define a Kaufman como autor. "Olvidate de mi" es una película romántica, que explora las diferentes fases del enamoramiento, del encuentro y el desencuentro, de la segunda oportunidad, a veces de forma meticulosa, otras de un modo impresionista, pero siempre con honestidad.

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